La jornada de ayer, vivida desde PROGRESA en dos vertientes, la del acto propio en la sede y la de la Manifestación, da un resultado muy optimo, no solo por el hecho histórico de la movilización, aunque no tanto de la jornada de huelga en cualquiera de sus vertientes.
La gente se expresó en la calle realmente y ha lanzado un mensaje claro y alto a los distintos gobiernos tanto de España como del mundo, no vale lo que hay en ninguno de sus aspectos hay que llegar a la igualdad real y el esfuerzo y los resultados tienen que verse, no pueden ser simples parches sociales y políticos.
Como hemos dicho siempre, es tiempo de una revolución donde nadie se puede quedar descolgado para conseguir esa igualdad tan anhelada, es la sociedad desde todos sus estadios la que debe provocar esto, revolución basada en el respeto, en el sentido de necesidad, igualdad y dignidad.
Este seguimiento masivo de las calles hay que traducirlo en actos que recorran el camino hacia la igualdad en el día a día, no debemos parar viendo como reluce este día 8 de marzo de 2018, solo ha sido un paso y no el final, del que creo que todos los ciudadanos, estuvieran ayer o no, están orgullosos, pues esto dice mucho de la mayoría de edad que está alcanzando la sociedad española, sociedad que hoy podemos definir como avanzada y justa, el acto de ayer nos cataloga ya como ciudadanos de la historia y formaremos parte de un punto de inflexión del desenlace y la resolución de este problema.
La otra parte, el acto de la Sede, un acto lógicamente más íntimo pero de un calado sindical y participativo brutal, empezó con la lectura del manifiesto para seguir con una mesa de dialogo participativo, donde se aborda de manera abierta desde la idea, “la igualdad radica en la educación como idea primigenia y sin este acto de educación lo demás nunca dará los frutos deseados?”
Esta primera parte donde hubo un debate importante, respetuosa y activo saco en conclusión la necesidad de la educación como principio fundamental para alcanzar la igualdad, de manera que respecto a la política, la legislación más acertada en muchos temas no sobran siempre son necesarios y complementarios, al igual que actos como el que se iba a producir horas después en las calles de Madrid.
En la segunda parte el giro fue más radical y la consecuencia era que todo llegaba a una máxima sin importancia de sexo ni edad (como dato el 80% de los asistentes eran mujeres en una horquilla de edad entre los 60 y 16 años). “Todo acto de cara al cambio cuando hay un problema en la sociedad es necesario para despertar a mucha gente entre ellas a los gobiernos para que este esté más reforzado y más cerca de producir lo que tanto buscamos, “la igualdad”, pero todos estos actos serían superfluos si no empezamos, a lo que proponemos en las calles, no trabajarlo en nuestro propio círculo familiar. Si no dejamos de educar en las nuestras propias casas a nuestros hijos como niñas y niños en la cultura de hace 30 años, es imposible aunque tengámoslos medios, avanzar y conseguir el resultado, por tanto es ahí donde debe de empezar todo es el cambio familiar y social el necesario y somos cada una de las familias españolas quien tenemos la llave para que esto se produzca, aunque no somos conscientes de ello. Y por tanto modificando la frase que decía Fernando Fernán Gómez en “el lenguaje de las mariposas”, que «Si conseguimos que una generación, una sola generación, crezca con esa igualdad en España, ya nadie les podrá arrancar nunca la igualdad, nadie les podrá robar ese tesoro».
Seguramente es un hecho que todos sabemos, pero como quedo de manifiesto en el debate de ayer en la sede de PROGRESA, es que está claro que nunca recordamos en nuestro día a día y esto hace que los pasos hacia la igualdad, tarden tanto y sean tan lentos, quizá no solo debamos salir a pedir que se mejoren un montón de cosas que son deficientes y están mal, sino que debemos hacer también una auto-crítica constructiva y trabajar e día a día con nuestros hijos, vecinos, padres y amigos para que el deseo se haga una realidad absoluta.
ALGUNAS MUESTRAS DEL DÍA